5 de abril de 2015

¿No querías titulaciones? ¡Toma un kilo!

AÑOS ATRÁS, cuando las vacas eran gordas y reinaba el jolgorio en la casa del señor (no me pregunten qué señor), se creaban titulaciones en la universidad Extremadura (y no solo en ella) con más salero que el del churrero al final de una verbena. Llegó a tales extremos la cosa que, como es sabido, hoy en día existen centros universitarios en que cada profesor toca a un tercio o un cuarto de estudiante, más o menos. A mí, por eso de las matemáticas, me gustaba utilizar un criterio para juzgar la necesidad de aquellas nuevas titulaciones: me fijaba en su denominación oficial. Cuanto más larga fuera esta, menor era aquella. Una proporcionalidad inversa, vamos. Llámenme ustedes demagogo si lo desean.



Vivimos días preelectorales, y ya se sabe que en tales fechas prometer cuesta poco, porque las palabras se las lleva el viento. Si quien promete gana, se olvidará de lo que dijo antes de que el gallo cante tres veces; si quien promete pierde, le faltará tiempo para reclamar a su sustituto que cumpla los compromisos de las instituciones. Esto, prometer el oro y el moro, que es práctica habitual en tierra cristiana, en el caso de Extremadura se está convirtiendo en una práctica tan descarada que si no fuera porque su principal protagonista tiene piel de amianto habría ardido en su propia vergüenza.

Pero volviendo al grano, es decir, al asunto de las titulaciones, una nota oficial informa de que "el Consejo de Gobierno autonómico abordará en la sesión del próximo martes día 7 la implantación de siete nuevas enseñanzas universitarias para la obtención de títulos oficiales de Grado, Maestría (Máster) y Doctorado en la Universidad de Extremadura (UEX)". Se trata entre otros –y ahora recorto el larguísimo comunicado— del «Grado en Psicología, los Másteres Universitarios de Olivicultura y Elaiotecnia y de Investigación en Formación del Profesorado y TIC y del Doctorado en Investigación en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales, Sociales, Matemática y la Actividad Física y Deportiva». (Las mayúsculas no son mías, que conste).

Todas imprescindibles, sin duda. Pero yo añadiría alguna más, un Máster de Desfachatez en el Ejercicio del Poder y el Uso de la Facilidad que este Confiere para el Ejercicio de la Demagogia, por ejemplo. No habría que ir muy lejos para encontrar doctores que lo impartieran.