UN BUEN DÍA a alguien se le ocurre una frase que incluso puede resultar ingeniosa y dice, por ejemplo, que le toca mover ficha
a fulanito, aunque el tal fulanito no esté jugando a las damas ni al
dominó, sino en cualquier situación —normalmente relacionada con la política—
en la que haya de tomar una decisión. Me parece que el primero que
utilizó lo de las fichas fue nuestro amado expresidente del Gobierno,
don José María Aznar, y aunque últimamente ha ido perdiendo vigor —la
frase, no el esposo de doña Ana, Dios nos libre— todavía es utilizada de
vez en cuando por algún diputado de provincias necesitado de reciclaje.
De la misma familia venida a menos que la anterior es eso de hacer los deberes.
No se trata de que los niños escriban las redacciones o echen las
cuentas de sus tareas escolares —si es que cosa tan anticuada aún existe—, sino de
que alguien, preferentemente un político del mismo nivel, Maribel, del
que mencionaba antes, haya cumplido con sus obligaciones profesionales. "Su
intervención ha sido patética, señoría, debiera usted haber hecho los deberes antes de subir a
esta tribuna". (Cosa distinta es la referente al débito conyugal, pero eso lo dejaremos para mejor ocasión).
Y ya que estamos con estas cosas, amigos, preparaos para oír alrededor de un millón de veces en las próximas semanas, eso tan bonito de si la horquilla por aquí o la horquilla por allá. ¡Qué preciosidad, qué originalidad! Tened la seguridad de que quien os lo diga lo hará a pie de urna... como no podría ser de otra manera.