18 de octubre de 2014

Cáceres, capital mundial del hazmerreír.

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QUE A LOS ESPAÑOLES  nos tienen inquina en todo el mundo es cosa sabida. Y no digamos si se trata de los extremeños, en cuyo caso más que de inquina se trata de odio, de odio visceral (si las sequías son pertinaces y las adhesiones inquebrantables, todo odio que se precie ha de ser visceral). Ello probablemente explique que en ningún noticiario de la BBC, ni de la televisión francesa; en ninguna página del New York Times, del  Corriere della Sera, ni del Frankfurter Allgemeine, en ningún lugar, vamos, se haga referencia hoy a la más importante de las noticias ocurridas aquí en Extremadura, en Cáceres más concretamente, ¡qué digo: en el mundo mundial!, en las últimas décadas: La declaración, por unos tan dignos como desconocidos personajes, de esta ciudad, en dura pugna con otras (Huesca, por ejemplo) como “Capital española de la gastronomía  2015”. ¡Se necesita ser mezquinos!

Afortunadamente, sin embargo, un prestigioso diario, El Periódico Extremadura, dedica hoy sus doce (sí, doce) primeras páginas a acontecimiento tan señalado. Seguro que alguno de la cáscara amarga dirá que se trata de una operación publicitaria más de esas a las que tan acostumbrados nos tiene el órgano de prensa de don Iván y su marioneta Monago, pero no, la noticia es de dimensiones tan astronómicas que incluso treinta páginas hubieran podido ser ocupadas por ella.

Aunque… un pequeño reparo: Si uno lee el editorial del inigualable rotativo, que, como es lógico, también versa (aunque sea en prosa) sobre el mismo tema, se encuentra al final  con el siguiente párrafo:

«La elección de ayer también hace olvidar la desilusión que supuso que Cáceres se quedase fuera de la lucha por la capitalidad cultural europea del 2016. Aunque son títulos con proyecciones y difusiones muy distintas, la pérdida de las opciones de Cáceres a las primeras de cambio supuso un varapalo para un proyecto que contaba con el apoyo de gran parte de la ciudadanía. Una apuesta que abanderó el PSOE, tanto en el gobierno local como autonómico, con Carmen Heras como alcaldesa y Guillermo Fernández Vara como presidente de la Junta, que no resultó y que al final fue un fracaso».

¡Mecachis! ¡Con lo bien que, hasta ahí, habían escondido el plumero!