15 de marzo de 2013

Filtración en los exámenes

LA RECIENTE anulación, por haberse filtrado previamente su contenido, de una de las pruebas de la llamada ESO de los 1000 euros (los que la Junta de Extremadura regala a quienes obtengan el título) me ha hecho recordar el lejano 26 de junio de 1984. A cierto profesor al que creo conocer relativamente bien le había llegado un soplo con las preguntas que se iban formular a los alumnos. Acudió presto a un notario y le pidió levantara acta de lo que estaba en su conocimiento. Abiertos los sobres lacrados al empezar los exámenes se comprobó que, en efecto, las preguntas contenidas en ellos eran las aportadas por el profesor. El revuelo que se causó fue enorme y el rector de la Universidad, con buen criterio, decidió anular las pruebas. En cierto colegio religioso cacereño la superiora exclamó: «Esto es cosa de ... que quiere cargarse la enseñanza religiosa». Eso era rotundamente falso, claro, pues lo que profesor pretendía era sencillamente defender los intereses de los alumnos que jugaban limpio; la mayoría. Añado a lo anterior que la investigación anunciada por el rector no llegó a conclusión alguna, aunque hasta los más lerdos del lugar sabían quién realizaba, año tras año, la filtración de los exámenes, que siempre eran, para dar más pistas, de las asignaturas de letras. (El recorte es del periódico Extremadura del 27 de junio de 1984).

Clic para agrandar