8 de febrero de 2013

Aves de corto vuelo y pájaros de cuidado

HACE UN AÑO, el llamado Gobierno de Extremadura vendió a la opinión pública, como si de un éxito de dimensiones cósmicas se tratara, la adjudicación de un jugoso contrato publicitario a una casi ignota compañía aérea para que realizara vuelos comerciales desde la base de Talavera la Real, cerca de Badajoz, a dos o tres ciudades de España. El aeropuerto de Frankfurt, hasta entonces el de mayor movimiento de Europa, iba a quedar en ridículo comparado con el que el "Gobierno de los mejores" iba a hacer surgir en Extremadura.


Firma del contrato (consejero de Fomento y representante de Helitt)

Se firmó el contrato, se pagó una pasta gansa a una cosa llamada compañía aérea Helitt, uno de cuyos jóvenes ejecutivos fue recibido en Badajoz como Mister Marshall –la prensa regional no está exenta de culpa en ello, que conste– y ahora… Pues ahora ya ha sucedido lo que no era preciso ser un lince para prever: que la tal empresa, chupado hasta la última gota el jugo del bote, se larga con las ganancias y si te vi no me acuerdo. (Información aquí:  http://bit.ly/V3NUnV)

Si es lo que yo me digo: no era preciso que el Gobierno de Extremadura fuera el de los mejores (aunque es cierto que nadie dijo mejores en qué): hubiera bastado con que fuera el de los normalitos.