5 de abril de 2012

Ya está bien de herencia recibida

CONFÍO en que ninguno de mis amigos dedicados a la sociología se moleste porque lo diga, pero pienso que la imprecisión de dicha ciencia se ha puesto de manifiesto una vez más. En esta ocasión, a la vista de los recientes resultados electorales en Asturias y, principalmente, Andalucía, donde todas las estimaciones previas se demostraron radicalmente erradas. Si alguien no quedó sorprendido en la noche del pasado domingo 25 de marzo, yo, al menos, no lo conozco.


Que los periódicos pudieran encabezar sus noticias el lunes siguiente con «El PSOE consigue frenar la marea azul» no figuraba, desde luego, entre las previsiones. ¿Qué puede haber sucedido, pues, para que estudios aparentemente sesudos y rigurosos hayan patinado tan estrepitosamente? ¿Carecen los estadísticos que trabajan para los institutos dedicados a la investigación sociológica en España del nivel científico requerido? ¿Oculta la gente sus verdaderas intenciones de voto cuando es interrogada al respecto?

Yo soy de la opinión, naturalmente rebatible, de que lo que ocurre es que la ciudadanía empieza a estar un tanto desengañada con el PP, en un proceso que solo acaba de iniciarse, pero que avanza día a día. Han pasado varios meses desde que Zapatero emprendió camino del exilio y seguir recurriendo a la “herencia recibida” para justificar todos los males parece ya disculpa demasiado trivial. Los datos económicos son cada día peores y culpar permanentemente de todo al Gobierno anterior resulta un poco cansino; ofensivo, incluso, a la inteligencia de la gente. ¿No iba a ser recogida con alborozo por los todopoderosos mercados la reforma laboral? ¿A qué, entonces, el derrumbe de los índices bursátiles, la subida a las nubes de la dichosa prima de riesgo?

¿Perder derechos que tanto costó lograr para seguir igual, cuando no peor? Continúa aumentando el paro, suben los precios de servicios esenciales... Van pasando los meses y empieza a evidenciarse que las promesas que se hicieron pueden quedarse, pese a los sacrificios impuestos, en eso, en promesas. Aquí, en Extremadura, ya vemos: aves que no levantan el vuelo, deudas que seguirán siendo históricas por largo tiempo... Muchos, entre los que me incluyo, pensábamos hasta hace unas semanas que la supremacía del Partido Popular se mantendría durante los próximos ocho, o incluso doce, años. Ya veremos.

Publicado en El Periódico Extremadura