21 de junio de 2008

Leonard Cohen en Lisboa


EN ESTOS TIEMPOS en que cualquier mequetrefe, debidamente aupado a la fama por una televisión convertida en emporio del mal gusto, puede alcanzar audiencias millonarias de las que se hacen fiel eco periódicos y revistas, es clamoroso el silencio que la prensa española está manteniendo sobre la gira mundial que el carismático poeta y cantante Leonard Cohen inició el mes pasado en su país natal, Canadá, y que actualmente ha llegado a Europa. Con 74 años a cuestas, un grupo de músicos de excepcional calidad y una voz grave y seductora que parece la de un hombre apenas en la cincuentena, Cohen ha vuelto a entusiasmar a públicos multitudinarios a éste y al otro lado del océano con su sobria elegancia, su poética ironía, su visión desesperanzada de la existencia, su irrenunciable búsqueda de la belleza. Uno de los poetas que le inspiraron en su juventud fue, por cierto, Lorca, en homenaje al cual una de sus hijas lleva ese mismo nombre.

Periódicos de tanto prestigio como The Independent han escrito que “el nivel de emoción cultural en los tres conciertos”, refiriéndose a las actuaciones que tuvieron lugar en Dublín los pasados días 13 al 15, “casi alcanzó niveles de histeria”. Si tenemos en cuenta que las audiencias se han contado en decenas de miles de personas y que la mayoría de éstas se hallaban lejos de la adolescencia, tendremos una imagen bastante precisa de lo que asistir a un recital del autor de Suzanne puede suponer para cualquier espectador mínimamente sensible.

Leonard Cohen actuará en España en una única sesión, en el festival de Benicàssim, cuyo ambiente acaso no sea el más propicio para disfrutar de su música y poesía, pero a los extremeños que deseen vivir una experiencia que puedo asegurar resulta inolvidable les será más sencillo acudir a Lisboa, donde en la noche del sábado 19 de julio, en el Paseo marítimo de Algês, el viejo trovador ofrecerá la que, sin duda, será una actuación irrepetible que permanecerá durante años en la memoria de quienes la presencien.

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